viernes, 17 de agosto de 2007

Niño del pijama a rayas

Estimado lector, estimada lectora:

Aunque el uso habitual de un texto como éste es describir las características de la obra, por una vez nos tomaremos la libertad de hacer una excepción a la norma establecida. No sólo porque el libro que tienes en tus manos es muy difícil de definir, sino porque estamos convencidos de que explicar su contenido estropearía la experiencia de la lectura. Creemos que es importante empezar esta novela sin saber de qué trata.

No obstante, si decides embarcarte en la aventura, debes saber que acompañarás a Bruno, un niño de nueve años, cuando se muda con su familia a una casa junto a una cerca. Cercas como ésa existen en muchos sitios del mundo, sólo deseamos que no te encuentres nunca con una. Por último, cabe aclarar que este libro no es sólo para adultos; también lo pueden leer, y sería recomendable que lo hicieran, niños a partir de los trece años de edad.

El editor.

................................................................................................

"La experiencia de la lectura"... de la que tantas veces hemos hablado largo y tendido, ¿por qué leemos? ¿ qué nos lleva a hacer que un libro forme parte de nosotros durante un tiempo breve o largo, según el lector, y nos sacuda, nos impulse a otros universos desconocidos, nos transforme un poquito, al menos?

Y la experiencia de leer a Bruno, como nos cuenta su vida, la vida de un niño, de cualquier niño, de nueve años, con sus dramas: sus juegos, sus paseos, sus amigos, su vecindad conocida por tantas veces recorridas, pero... y si todo muta, cambia de forma inmediata y radical, donde queda ese universo. Entonces comienza a trabajar la imaginación, ¿ por qué no crear otro universo de solo nueve años luz ? Esa es la intención de Bruno. Pero quizás junto a las odiadas cercas (me gustaría conocer el nombre anglosajón del inventor de las cercas (todo lo inventaron ellos) no sea el sitio más adecuado.

Un libro que se clava en el corazón como un puñal afilado, que hace daño, pero nuestra conciencia colectiva está necesitada de estos libros.

El librero.


No hay comentarios: